8/2/12

Nebulosa Permanente

 
 No digas nada. Grita. Salta. Déjate llevar. Deja que sea tu cuerpo el que tome sentido, no hagas caso a las palabras, no son más que confusiones del alma. Sigue los momentos, pero no pienses. Vive. Y no pienses en lo que estás viviendo. Siente. Pero no hagas caso al corazón. Sigue tus instintos, al fin y al cabo son los que saben lo que necesitamos verdaderamente. Equivocate, pero no digas que te has equivocado. Tira otra vez, y empieza a jugar, que estúpido parece dejarse golpear por la masa anónima. No son más que masa, pero tranquila, estoy aquí. Puedes llamarme, no siempre me verás, pero estoy. No me maldigas, porque no me veas, siénteme. Puedo ver tu miedo, estoy en el punto álgido de tus vertigos. Tranquila. Extiende tu mano, llévala hasta el cielo, estoy ahí. Y ahora, ¿Me sientes? Estoy deslizándome entre tus dedos, paseo por tus cabellos, acaricio tu cuello, y me introduzco en tu cuerpo.
Y ahora no tengas miedo, no te preocupes, ya estoy dentro de ti.

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