23/2/12


Dicen que cuando quieres algo de verdad, luchas por ello, vas tras ese objetivo aunque el tren acelere trepidante, tanto que vas perdiendo cosas de gran valor por el camino. 
Porque en el momento en el que frenas, en el que piensas y tardas en decidir, el tren se va y toca tomar otro que quizá no te lleve al mismo destino.
Hasta ahora siempre he ido frenando, mirando cada movimiento con cautela y empeñándome en seguir con cosas y personas que solo me hacían daño y cambiar de tren continuamente. Por eso, en este momento he decidido tomar un tren que va muy ligero, no sé dónde me llevará pero espero que sea el definitivo. Voy deshaciéndome de todo aquello que me impide continuar, voy sintiendo el vértigo de la velocidad, y aunque siento dolor por dejar muchas cosas atrás y el miedo de decir adiós siempre está presente, sé que es necesario porque si me aferro demasiado a mi pasado, puede que mi futuro no llegue nunca.

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