22/5/12

Castillos de arena.


Yo nunca fui una heroína de esas que arriesgan su vida por lograr sus objetivos, por perseguir sus sueños y por hacer que su ilusión se convierta en una realidad.
Yo siempre fui de esas que tenían millones de castillos de arena en la cabeza cada cual más alto y más complejo. Castillos que cuando alguien no derrumbaba, acababan haciéndolo por sí solos sin saber muy bien la razón. Algunos dicen que era porque no los ponía en práctica. No lo entiendo. ¿Por qué? Con lo bien que estaban en mi cabeza, aliñando mis pensamientos, haciéndome sonreír cuando mi alrededor me hacía llorar, en definitiva, dando un poco más de sentido a este mundo raro.
Y cuando por fin me decido a ponerlos en práctica, como todo el mundo hace, el mar se enfada conmigo y no deja de mandar olas gigantescas de fuerte corriente aguamarina  que me los destruye de nuevo.
Vuelta a empezar.
Pero esta vez mi arena es más firme, mis manos no se cansan y espero que poco a poco, el mar se haga mi amigo.