28/6/12

Fracasar y triunfar al mismo tiempo.

Hay personas que están siempre en tu vida sin aportarte nada. Son como ese mueble bonito que tienes a la entrada, que te alegra la vista y que siempre tendrás pero que no es más que un mueble. Y hay otras que llegan a tu vida para quedarse un día y te aportan lo más inesperado en tiempo récord.
Que te hacen saborear nuevos momentos, que te hacen sentirte bien, que por un momento te abrigan y te protegen haciéndote creer que no hay nada más importante. Que en ese instante se podría borrar todo lo demás. Y tú sabes que no será para siempre, pero quieres hacer eterno ese tiempo fugaz. Saben subirte a lo más alto y mantenerte en el vuelo pero también saben bajarte al suelo sin llegar a rozar el subsuelo. Y te enseñan cosas que nunca aprenderías por muchos libros que leyeses o por muchos lugares que visitases porque son como el compendio perfecto del saber humano. Y tú te sientes como una esponja capaz de absorberlo todo. Y aprendes tanto que si se pudiese medir el coeficiente intelectual del corazón superarías el 200%. Y sonríes y lloras como una imbécil porque te das cuenta que lo que más has aprendido ha sido conocerte a ti misma.                                                                     A saber que, tu corazón es tu salvación y tu perdición. Fracasas y triunfas al mismo tiempo.
Pero a pesar de todo sacas en conclusión que merece la pena vencer todos los obstáculos que se presentan delante si después sabes con certeza que encontrarás eso por un día.

22/6/12

Hasta el máximo.




Y sientes que ya no puedes más. Esa extraña sensación incómoda, engañosa que te hace creer que no has hecho nada, que todo lo que has ido grabando poco a poco se ha borrado por completo. Cómo si una casa que ha costado años construir se desmoronarse en un instante, el día antes de ser ocupada. Y ante esa sensación unos deciden pensar que es solo eso, una sensación, que la casa sigue ahí y que al día siguiente estará presente. Otros no pueden permitirse eso, a sabiendas que solo se trata de una sensación. Y por eso deciden seguir poniendo ladrillos que "supuestamente" están. Porque cada segundo puede ser la oportunidad perfecta para una mejor fijación.
Porque ya se han rendido una vez y no quieren volver a permitírtelo, porque les han dado razones para creer y no les faltan apoyos. Porque si se desmorona habrá que volver a empezar de nuevo, pero al menos la sensación pasará a convertirse en tranquilidad segura.

19/6/12

Juego de Folios.


Mentiría si dijera que no estoy nerviosa. Volver a sentir esos crueles pálpitos que como pequeños cristales arañan el corazón en cada latido. Garganta seca, manos que tiemblan y una carcajada en la que todo se concentra. Como si a través de la expulsión del aire pudiese soltarlo todo. Pero una vez que vuelvo a retomar el aire perdido la sensación es la misma. ¿Debería repetir el proceso muchas veces?
No es fácil demostrar todos tus conocimientos en un folio. Un folio que está en blanco y que necesita que le des personalidad. ¡Bendito folio! Un folio que puede abrir o cerrar una puerta, un folio que puede darte felicidad pasajera. Hasta que llegue otro folio para volver a jugártela.
Pensar en positivo. Sí. Esa es la clave. Sentir que puedo. Que sé. Que tengo motivos y razones para creer que salga bien.

11/6/12

Corazón inteligente.



Se suele decir que los seres humanos tenemos actitudes y aptitudes, inteligencia emocional e inteligencia social.
Existen grandes seres con talento en las distintas artes, y es su arte, lo que llevan por dentro y transmiten en un escenario, en una clase, con un pincel o acariciando cuerdas.
Algunos de estos seres son polifacéticos y pueden desempeñar más de una y otros ninguna.
Yo no poseo talento natural, ni desarrollo ninguna habilidad, pero mi punto débil y fuerte es la hipersensibilidad. No sé si podría tratarse de un arte. Conmoverte ante emociones fuertes, tanto tristes como alegres. Sentir que cada momento palpita en la yema de los dedos, tener el corazón en la garganta y una fuerte presión en el pecho. Y sientes que se quiebra cuando algo turbio surge a tu alrededor y que se eleva ante las buenas noticias y no hay quien lo haga bajar. Reír y llorar al mismo tiempo, y confundir cuando se debe reír y cuando se debe llorar, hasta terminar llorando en fiestas y riendo en duelos. 
Una vez leí que más allá del intelecto de cada uno, el corazón tiene su propia inteligencia y dicen que siguiéndolo nunca nos equivocamos.